«La creación de algo nuevo no se logra con el intelecto sino con el instinto lúdico que actúa desde una necesidad interior. La mente creativa juega con los objetos que ama» C.G. Jung

¿Por qué separamos el arte de nuestras acciones diarias, de nosotros mismos? ¿Es un requisito ser artista? Así mismo, si yo realizo una producción, en la cual vivencio un sentimiento estético hacia ella, ¿es necesario la aprobación externa, la validación del otro?

Las preguntas llevan a ahondar en matices del alma y el psiquismo, en estos años de andanzas  entre danza, teatro, psicología, escritura, música, me gustaría hablaros de una técnica que cambió hace ahora veinte años mi forma de aprender. Produciendo una simbiosis integrativa entre hechos como el estudio, la toma de decisiones, la planificación estratégica, o la ideación de proyectos, y el arte en su manifestación de creación, de sentimiento estético, de expresión interior, de la emergencia del propósito.
Con esta simbiosis me refiero a integrar por una parte la creación de síntesis con los procesos cognitivos de análisis. Una danza entre los hemisferios cerebrales, integrando de forma holista el potencial creativo que tenemos. La técnica a la que me refiero son los Mapas Mentales.
Desde la psicología del aprendizaje, se diferencia entre el aprendizaje de contenidos y el aprendizaje de procedimientos de formas de aprender. Los Mapas Mentales son una técnica que añade habilidades nuevas de aprendizaje, desarrolla los procesos cognitivos para Aprender a Aprender (David Paul Ausubel). Por el lugar en que nos encontramos, voy a concretar los aspectos creativos y de valor expresivo y por ende terapéuticos, que dichas técnicas facilitan, para ello expondré vivencias en mi primera persona.

¡Os hablaré de mi niño interior, hace unos años en Educación Primaria recuerdo un sentimiento que inhibió mi relación con el lápiz y el dibujo, no recuerdo bien que pasó, sé que estaba observando un dibujo que había realizado en clase, no sé bien si hubo un comentario del profesor, o de otro compañero… pero de repente interioricé que no era bueno en dibujar, que mis dibujos eran infantiles, la espada de la falta de valía personal, Zas! A partir de ese momento, (siete u ocho años) hasta mis 22 años,  se acabó el dibujo, los bocetos… Hice lo justo para ir respondiendo a la demanda pedagógica pero cada vez que me exponía al boceto al dibujo, la inseguridad y la falta de apreciación me inundaban.
El destino me llevó, gracias a una invitación celeste, a participar en un taller de Mapas Mentales con 22 años, ahora hace ya 22 años de ese momento. En aquel entonces, descubrí  que hacer garabatos y especialmente, la transformación de palabras en propios símbolos generados e inventados, me producía una gran satisfacción interna y personal. ¡En aquellos tiempos estaba estudiando COU, y a partir del taller cada esquema que realizaba lo hacía con Mapas Mentales, así como la toma de apuntes, la planificación de viajes, la toma de decisiones, los proyectos de creación del grupo de teatro, todo empezaba con un Mapa Mental… llevo así desde entonces! Me fasciné, y pude apreciar una nueva estética que nacía en mí, en la expresión genuina de mis Mapas, y los garabatos, la codificación simbólica, todo ello en una especie de danza de conceptos e ideas que se mezclan y que en su propia danza crean nuevas ideas. Aquí fue cuando tuve el insight de los años que me había mantenido al margen del lápiz y los colores. Todo empezó de nuevo.


Realizar Mapas Mentales constituye una danza de la mente, una danza que se crea constantemente sin repetición de partituras, una danza que emerge desde lo intrapersonal, que revela caminos nuevos a transitar, que insta al desafío de ir más allá de ti mismo, una danza espontánea y técnica, que integra arte y ciencia en aprendizaje. Conceptos e ideas que se mezclan, nuevas asociaciones libres, expresión de íntimos, encuentros con propósitos y creación.

Me gustaría concretaros que experimento y también que metacognición realizó sobre lo que experimento. A veces realizo Mapas Mentales por muy diversos motivos, sin embargo, siempre están presentes los aspectos creativos y de emergencia.


Por ejemplo puedo hacer un Mapa para preparar un proyecto de trabajo concreto, sin embargo aunque me atañe un tema concreto con un objetivo concreto, en cualquier lugar del Mapa de forma espontánea se puede manifestar una revelación personal, o puedo inventar un nuevo símbolo, o puedo conectar con un nuevo propósito, o puede emerger la respuesta a un proceso de toma de decisión vital.
Hay una serie de vivencias que siento de forma continua mientras realizo  Mapas Mentales:

Vivencio el placer de la creación creativa,sí he dicho y vuelvo a de Placer  especialmente cuando invento nuevos símbolos, cuando conecto ideas en una nueva emergencia, o vivencio el » Eureka «, el insight.
Me produce asombro la cantidad de información que puedo incluir en un folio din4, así mismo la estructura global del Mapa Mental, la danza de los conceptos, imágenes , símbolos, relaciones, su valor visual y enfático, todo ello produce una emergencia global, que es el esquema orgánico en sí, esquema e imagen que me produce placer estético. Este placer no se corresponde con una validación externa, con un refuerzo social, es un placer que nace de la relación entre mi yo y el Mapa, de la génesis del Mapa, que es un reflejo de mi propia génesis, de mi autoactualización y entonces emergen sentimientos, sentimientos expansivos, de valoración personal, de placer lúdico.

¿Es esto arte? «¿Acaso no es un valor faro pedagógico y creativo facilitar en los otros la emergencia del placer estético, de la belleza idiosincrática, de la expresión de la mismidad, de la emergencia de tu verdad, tu propósito? ¿Es esto un hecho arte terapéutico?

Hay mucho camino a caminar, os animo a experimentar con la técnica de los Mapas Mentales, mandalas orgánicos del conocimiento cuya simetrías es orgánica, como la simetría de los árboles.


Todos, niños y adultos necesitamos de espejos claros, transparentes desde donde apreciemos y vivamos nuestro potencial creativo, nuestro potencial manifestado en obra, y como os he contado los Mapas Mentales me ofrecieron un reflejo de mí mismo que sanó una antigua herida del alma, ahora sonrío con más profundidad interior y me encantan los lápices.

Autor : Francisco Cobos Prada

Publicado en: Revista Sublimarte , Nº 8 marzo-2017